[Nº 19] Riaño: cuando el agua es sinónimo de muerte (II)

20 04 2010

Ya vimos la oposición e impacto generado por la construcción del pantano de Riaño en León. En 1987, ocho pueblos de la Montaña Leonesa desaparecieron bajo las aguas de los ríos Esla y Yuso dejando a cientos de familias sin casa, sin propiedades, y lo peor de todo, sin pasado.

Pero el pantano de Riaño fue una obra promovida en origen por el franquismo, ¿cómo es posible que un «gobierno socialista» llevase a cabo semejante despropósito?.

Algunos ya conocemos las traiciones de la socialdemocracia, pero para entenderlo en su contexto, hay que ubicarse en el apogeo del segundo mandato de Felipe González en el que, por segunda vez, disfruta de mayoría absoluta. Un año antes España ha entrado en la OTAN después de que el propio PSOE hubiese hecho campaña en su contra («en principio»). Esos equilibrismos políticos de la socialdemocracia encontraron otro triste ejemplo en Riaño.

El pantano se justificó como una obra imprescindible para regar las tierras del sur de León y proporcionar un futuro a los agricultores de esa zona. Estos se movilizaron liderados por un cura falangista llamado Jesús Calvo, e hicieron manifestaciones exigiendo su construcción. Los del norte enfrentados a los del sur en una batalla absurda; por su parte el tiempo demostraría como el pantano no benefició a nadie.

Bueno, a nadie no. En los 80, ya muchas personas no entendieron como se pretendía asesinar a un valle emblemático de una calidad ambiental incalculable poniendo en duda el verdadero objetivo del proyecto. Hubo gente que muy conscientemente señaló a las compañías eléctricas como promotoras del desastre. El reciente cierre obligado de la Central Nuclear de Lemoniz, motivado por los continuos sabotajes y atentados de ETA, les habían dejado sin un gran trozo de pastel; y el aprovechamiento hidroeléctrico de Riaño sería la compensación de esas Empresas.

22 años después esa hipótesis parece la más probable. El agua de Riaño supuestamente iba a ser utilizada para regar grandes extensiones de tierra en el sur de León, sin embargo, hoy se ha visto como todas esas promesas se han convertido en papel mojado. Hay menos agricultores que nunca y el agua solo ha llegado a una milésima parte de lo que se prometió. Hasta el cura falangista ha reconocido que les engañaron y utilizaron.

Será casualidad que el Ministro de Obras Públicas y uno de los principales responsables de mantener y proseguir el pantano de Riaño sea Javier Sáenz de Cosculluela, que ahora es el Presidente de la Patronal de la Asociación Nacional de Empresas de Obra Pública (Aerco).

El poder del dinero primó una vez más en Riaño. Solo nos queda la memoria, la rabia y los sueños de algún día recuperar el Valle.
Si queréis más información sobre el tema, es muy recomendable descarguéis de Internet el documental «Riaño Vivo».


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Un comentario

18 06 2010
Mary

Que en este mundial chile gane

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